domingo, 27 de diciembre de 2009

CAÑON DEL RÍO LOBOS

Las vacaciones casi tocan a su fin (por cierto, Felices Fiestas) y tenemos que volver a nuestras ocupaciones cotidianas.
Tenía pendiente una entrada dedicada al Cañón del Río Lobos, Parque Natural desde 1985 y mayoritariamente en la provincia de Soria. Se trata de un espectacular cañón calizo erosionado por la acción del río que le da nombre (El Río Lobos).
Iniciamos un pequeño paseo que culminó en un lugar realmente sorprendente, en la Ermita de San Bartolomé, ubicada en un pequeño meandro del río y frente a una cueva (llamada Galiana) de grandes dimensiones. La ermita se halla en término municipal de Ucero, localidad que cuenta igualmente con las ruinas de un magnífico castillo, también templario, ubicado en lo que antaño fue un castro prerromano.
Resulta llamativo encontrarse, en medio de la nada, con una ermita templaria en piedra caliza perfectamente tallada, piedra que se integra y confunde con el entorno. Se trata de una ermita de planta de cruz latina datada en el primer cuarto del siglo XIII y con elementos de carácter protogótico, como el arco apuntado de la entrada meridional o los dos rosetones del crucero (con elementos decorativos de evidente influencia árabe).

Además, confluyen elementos de carácter esotérico, relacionados con el fenómeno de los templarios, tan en boga últimamente. El templo se ubica en un lugar equidistante de los dos puntos septentrionales más extremos de la Península Ibérica, el Cabo Creus y del mítico Finisterre, configurando un "centro del mundo" templario.

El lugar fue habitado desde antiguo, como demuestran las pinturas y grabados prehistóricos que se encuentran en varias de las cuevas y grutas de la zona, destancando por sus dimensiones la ya citada Cueva Galiana.

Por su grandiosidad, uno se siente francamente impresionado y, a la vez, supone un ejercicio de modestia acceder al interior de la cueva. Dentro, uno tiene una sensación que mezcla la claustrofobia y el respeto hacia la grandeza de una naturaleza que sólo el hombre ha podido destruir (en aras a un más que discutible progreso).

El lugar, a pesar de la afluencia de turistas (especialmente durante los fines de semana), impresiona por su belleza y por la tranquilidad y serenidad que transmite.


En fin, que fuera de Asturias también hay sitios que merece la pena visitar. Y también se puede comer muy bien. Guardo un recuerdo especial de unos riquísimos boletus a la plancha en un Restaurante de Berlanga de Duero.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

QUITAMERIENDAS

Al llegar el final del verano, asoman por nuestros montes las pequeñas quitameriendas que, con su color morado, alegran los bosques y campos. Sus fotografías adornan foros y blogs de Internet, y su nombre se debe a que su floración coincide con el final del verano, y gran parte del otoño, cuando las tardes comienzan a ser más cortas y frías.



Estas fotografías fueron realizadas por quien escribe estas líneas con motivo de una salida para coger castañas en el abundante Castañeo de Argancinas (Pola de Allande) a mediados del pasado mes de octubre. La tarde fue fructífera y pudimos volver a disfrutar del sabor de las castañas asadas.

Junto a los castaños, destacaban las distintas tonalidades de los árboles a punto de perder sus hojas, en especial los tonos dorados de los nogales.
Nogal entre pinos en la Carretera de Cangas del Narcea
a Pola de Allande.

Carretera de Linares a Puente Selce (Allande).






miércoles, 25 de noviembre de 2009

VISITA A RELLO II

De nuestra visita a Rello quedará como recuerdo, amén de las vistas de la villa amurallada, una breve excursión por los campos recién labrados buscando marisco (pero fósil). Resulta curioso y llamativo encontrarse en plena meseta castellana, a más de mil metros de altura, caracoles, bígaros, almejas o caballitos de mar. En poco más de quince minutos cogimos una buena muestra de fósiles en una estado de conservación realmente sorprendente.

Bueno, Garrafo, voy a hacerte un pequeño examen de Paleontología. Ve diciendo por esa boquita (o por ese teclado) qué coño es cada cosa y, si puede ser, una datación aproximada.


Al labrar con el tractor, se remueven los terrones y éstos se van deshaciendo poco a poco, dejando al descubierto verdaderos tesoros de hace millones de años.

Los más abundantes, con diferencia, eran las caracolas, como estas dos; había tantas que podíamos eligir y quedarnos únicamente con las mejor conservadas.
A los que siguen les llaman en la zona "orejas" y son, al parecer, ancestros de nuestros caballitos de mar. Tendría que limpiarlos un poco para que pudieran ser más reconocibles, pero tengo miedo a dañarlos y, por otro lado, mis obligaciones laborales y/o sociales no me han dejado demasiado tiempo para ello.


Había más conchas y marisco que en muchas lonjas, y se reconocían perfectamente mejillones idénticos a los actuales, berberechos o almenas como la que sigue.

Según comentaba nuestra guía turística (gracias Esther), dependiendo de las zonas eran más abundantes unas u otras especies. Ya casi cuando anochecía, en una zona un poco más elevada, encontré la más bonita, desde mi punto de vista. Es increíble que, después de tantos años, las conchas se conviertan en piedra y que ésta conserve las características y hasta el más mínimo detalle del original.
Un día de estos voy a hacer una paella; con tanto marisco no puede salir mal. Estáis todos invitados.
Bueno, Garrafo, ahí te dejo las preguntas del examen de Paleo (tienes media hora para contestar, desde ya).
Para los demás. Se abre una pequeña subasta de bisutería de diseño del conocido artista toledano "Achili". La subasta permanecerá activa hasta las próximas vacaciones navideñas (pongamos que hasta el día 22, día en que los astros dicen que me va a tocar el gordo de la Lotería). El precio de salida de cada pieza lo ponen ustedes, aunque espero poder pagarme alguna que otra cena y varios cubatillas a vuesta costa.

Un abrazo familia.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

VISITA A RELLO (SORIA)


Después del largo y caluroso verano que
nos ha tocado padecer (no sé si por el cambio climático o por qué), me animo a escribir nuevamente en este cuadernillo sobre mis actividades e inquietudes cotidianas.
El pasado fin de semana tuve la ocasión de conocer el sur de la provincia de Soria, con pueblos y lugares realmente desconocidos para gran parte de los españoles y dignos de más de una visita.

En próximos días hablaré de las peripecias (borracheras noctunas aparte, claro está) por esa zona en la que quedan vestigios de la dominación árabe y de las andanzas del Cid, así como castillos en envidiable estado de conservación y no pocas iglesias y ermitas románicas.
Pasamos las noches en una coqueta casa rural en Rello, un pequeño pueblo que apenas llega a los veinte habitantes.
Vista desde la carretera de entrada

Como podeis ver, se trata de una ciudad amurallada situada en un lugar estratégico, en lo alto de los que por la zona se denominan "muelas". De origen medieval, no ha sido posible dar una datación al conjunto por falta de fuentes escritas que hagan referencia a la villa. Está totalmente amurallada y, en general, muy bien conservada y cuidada, salvo el castillo, en un lateral de la muralla y en estado ruinoso, víctima del paso del tiempo y, al parecer, de algún trueno.
Una de las dos puertas de acceso a la fortaleza,
con un extraño ser de dos patas accediendo al interior.

Lo cierto es que es sugerente dormir en un hotel enclavado en la misma muralla de una fortaleza tan bien conservada, asomarse en plena resaca mañanera a la terraza (con sumo cuidado para no despeñarse) y ver a los buitres volar sobre nuestras cabezas, esperando que alguno de los valientes huéspedes sucumba finalmente a los efectos de los distintos combinados alcohólicos catados durante la noche anterior (sidra del conocido lagar cangués de Llavandera, vino, orujo de la misma destilería que la sidra o el archiconocido zumo de cebada comercializado con la marca White Label). Esta es la vista desde la ventana de la terraza del hotel (encastrada en la muralla): paisaje árido sobre un terreno calizo modelado por la acción del viento y el río Escalote, que, más bien escaso de agua, discurre por el fondo del valle. Aparte de los buitres pudimos ver a cuatro elegantes y tímidos corzos pastando alegremente en las huertas de los poco numerosos habitantes del lugar.

Calle de la villa: a la derecha las almenas de la fortaleza.
El famoso rollo de Rello

Inscripción en la base del Rollo (trabalenguas local)

En el interior de la villa destaca la limpieza de las calles y lo apretado del caserío (en piedra y dispuesto en paralelo en dos únicas calles), así como el rollo, símbolo del poder municipal y original por ser de metal y estar conformado por una especie de cañón (bombarda) del siglo XVI. Supongo que en su época el rollo se utilizaría para atar a chorizos, rateros y maleantes y darles un pequeño escarmiento en forma de azotes (a algún malandrín de esta época no le vendrían mal esos azotes). Nosotros nos libramos de milagro pues el alcalde estuvo a punto de detenernos por alteración del orden cuando apostabamos el ajuar de boda en una partida de poker en nuestra primera noche (tranquilos, que el menda ganó la partida).

Iglesia de Rello.

Bueno, en siguientes capítulos seguiré deleitándoos con mis aventuras por tierras sorianas.
Familia, espero volver a casa por Navidad, como la conocida marca de turrón. Abrazos a todos de este vuestro dicharachero reportero.
Este espacio ha sido patrocinado por la Casa Rural El Mirador de Rello, sin cuyo mecenazgo no serían posibles estas líneas. (http://www.elmiradorderello.com/).



miércoles, 1 de julio de 2009

En La Linde.

Este pasado fin de semana volví a Asturias durante cuatro días intensos que dieron pie a casi todo (fiesta, folixa, otra vez fiesta, ...). Con el paso del tiempo uno se fija en detalles que antaño pasaban desapercibidos. Y así fue cómo me reencontré con la Panera del Riesco, en La Linde, pueblo cangués donde pase muchos veranos de mi cada vez más lejana infancia. Lo más inesperado fue hallar sendos tetrasqueles grabados y la firma de dos de los mejores artistas del conocido como estilo allande en la decoración de hórreos y/o paneras.
En el lado izquierdo de la puerta aparece la firma de Pedro Alvarez y el año de 1892. Casi ilegible y junto a la puerta se lee: "HIZOSE AÑO 1820 YRIARTE".
Para rematar el conjunto sendos tetrasqueles, símbolo de origen solar común en los pueblos conocidos como celtas y que los modernos vascos (a partir de Sabino Arana) han asumido como símbolo de identidad propio (el lauburu).

En la primera mitad del siglo XIX en la parte occidental de Asturias (principal foco del mentado estilo allande) se construyen gran cantidad de paneras que, en las haciendas más pudientes, sustituyen a los antiguos hórreos. El motivo principal es la necesidad de mayor capacidad de almacenamiento por la exitosa implantación de dos nuevos e importantísimos cultivos, el del maíz y el de la patata. Ligada a esa burbuja inmobiliaria (no del ladrillo, sino de un material mucho más noble, la madera de castaño) aparece la figura de Gabriel de Yriarte (1763-1827), un vasco que se afinca en el pueblo de Iboyo (Pola de Allande) tras casarse, y ser engatusado por un bella allandesa (piedra, por cierto, en la que también tropezó quien escribe estas líneas). Otro de los grandes artistas de la madera del que conocemos su nombre es DOMINGO ALVAREZ, y ambos coinciden en la construcción de la Panera de la Casa El Riesco de La Linde.

Atribuibles igualmente a GABRIEL DE YRIARTE son las espectaculares rosetas que se pueden observar aun en paneras de, especialmente, el valle del río Arganza, en la zona de Besullo, muy cerca de Iboyo, o la que os muestro que se encuentra en el precioso (y, por motivos personales, muy querido) pueblo de Argancinas (Pola de Allande).

Roseta en la Panera de Casa Roque. Argancinas
A mediados del siglo XIX se unen a los motivos anteriores (tetrasqueles, rosetas, y motivos geométricos) originales relojes como el que sigue, en una Panera de Fuentes de las Montañas (Cangas del Narcea). También tuve tiempo para dar un paseo por el campo. Ver tanto verde hace que aborrezca estos desiertos y páramos en los que me veo obligado a vivir (hoy con unos cuarenta grados de temperatura). En fin, es lo que hay (Nuria, seguro que opinas lo mismo).
Vista del Pico Sieiro o Peña Cabrera desde el Camino a Prao Nuevo, en La Linde.


Rosa Silvestre o Escaramujo. Camino a Prao Nuevo. La Linde.

domingo, 21 de junio de 2009

Paseando por el bosque


Julio de 2008. Pasado el Carmen, con la lógica resaca y disfrutando de los últimos días de vacaciones, mi hermanito (saludos, por cierto) me animó a que me levantara del sofá y me propuso buscar una cueva en el Hayedo de Monasterio, la Cueva de Sequeiras. Se trata de una cueva que ya fue explorada en el siglo XVIII, pero que no hubo forma de encontrar, por muchas vueltas que dimos (otra vez será).
Quede satisfecho y agradecí a mi hermano que me levantara de ese sofá que amenazaba con engullirme, porque la caminata mereció la pena.
A la sombra de Muniellos, el Hayedo de Monasterio de Hermo es una de las joyas de la naturaleza asturiana, y un gran desconocido incluso para gran parte de los cangueses. Pasa por ser el mayor hayedo de Asturias, y he tenido la suerte de visitarlo en todas las estaciones del año. En próximas entregas os pondré alguna fotografía más.
De ese día guardo, como oro en paño, la fotografía con la que empiezo. En uno de los pocos claros del bosque nos encontramos una cabaña y, al otro lado del recién nacido Narcea, la Peña Jalón.

viernes, 19 de junio de 2009

El Nueso


Un asturiano cada vez que vuelve a casa desde Castilla ha de subir un puerto de montaña. El más famoso es el de Pajares, pero los cangueses tenemos nuestro propio Pajares, que no es otro que Leitariegos.
Cada vez que vuelvo a casa me topo con el Cueto de Arbás o, en palabras de un familiar, con el Nueso. Con poco más de dos mil metros, es el pico más alto de la zona y domina el espectacular Valle de Naviego.
Desde la ventana del comedor de la casa de mi abuela lo veía cada día y cada noche de verano, y su figura tranquilizaba al chiquillo que era durante las frecuentes tormentas estivales. Me acompañaba y velaba mis sueños. Ahora es lo primero que veo cuando vuelvo a casa, y le sigo guardando cariño.
Se trata de una montaña que tiene para mí connotaciones casi mágicas.
Me vienen a la memoria imágenes de guaje con los caballos, de la Laguna (y las leyendas que me contaba mi tío Carlos sobre ella), el sabor de los arándanos y las comilonas junto a la fuente.
En fin, ya está aquí el verano y pronto volveremos a ver al Nueso.

Presentación.

Bueno, a ver cómo funciona esto.
Soy un asturiano que, por motivos laborales, lleva ya más de una década fuera de casa.
Añoro mi tierrina, el verde, los árboles, el olor (incluso el del cuito).
Espero poder escribir de vez en cuando, especialmente cuando más apriete la morriña, pues así me siento más cerca de mi casa y de los míos.
Inicio esto con la esperanza de que se convierta en una terapia que haga más llevadera la distancia y la espera hasta el próximo período vacacional.
Alguno cuando me lea se sorprenderá. Espero superar mi pudor y sentido del ridículo, y que, con el tiempo, alguien se pueda interesar por lo que uno dice.