domingo, 21 de junio de 2009

Paseando por el bosque


Julio de 2008. Pasado el Carmen, con la lógica resaca y disfrutando de los últimos días de vacaciones, mi hermanito (saludos, por cierto) me animó a que me levantara del sofá y me propuso buscar una cueva en el Hayedo de Monasterio, la Cueva de Sequeiras. Se trata de una cueva que ya fue explorada en el siglo XVIII, pero que no hubo forma de encontrar, por muchas vueltas que dimos (otra vez será).
Quede satisfecho y agradecí a mi hermano que me levantara de ese sofá que amenazaba con engullirme, porque la caminata mereció la pena.
A la sombra de Muniellos, el Hayedo de Monasterio de Hermo es una de las joyas de la naturaleza asturiana, y un gran desconocido incluso para gran parte de los cangueses. Pasa por ser el mayor hayedo de Asturias, y he tenido la suerte de visitarlo en todas las estaciones del año. En próximas entregas os pondré alguna fotografía más.
De ese día guardo, como oro en paño, la fotografía con la que empiezo. En uno de los pocos claros del bosque nos encontramos una cabaña y, al otro lado del recién nacido Narcea, la Peña Jalón.

viernes, 19 de junio de 2009

El Nueso


Un asturiano cada vez que vuelve a casa desde Castilla ha de subir un puerto de montaña. El más famoso es el de Pajares, pero los cangueses tenemos nuestro propio Pajares, que no es otro que Leitariegos.
Cada vez que vuelvo a casa me topo con el Cueto de Arbás o, en palabras de un familiar, con el Nueso. Con poco más de dos mil metros, es el pico más alto de la zona y domina el espectacular Valle de Naviego.
Desde la ventana del comedor de la casa de mi abuela lo veía cada día y cada noche de verano, y su figura tranquilizaba al chiquillo que era durante las frecuentes tormentas estivales. Me acompañaba y velaba mis sueños. Ahora es lo primero que veo cuando vuelvo a casa, y le sigo guardando cariño.
Se trata de una montaña que tiene para mí connotaciones casi mágicas.
Me vienen a la memoria imágenes de guaje con los caballos, de la Laguna (y las leyendas que me contaba mi tío Carlos sobre ella), el sabor de los arándanos y las comilonas junto a la fuente.
En fin, ya está aquí el verano y pronto volveremos a ver al Nueso.

Presentación.

Bueno, a ver cómo funciona esto.
Soy un asturiano que, por motivos laborales, lleva ya más de una década fuera de casa.
Añoro mi tierrina, el verde, los árboles, el olor (incluso el del cuito).
Espero poder escribir de vez en cuando, especialmente cuando más apriete la morriña, pues así me siento más cerca de mi casa y de los míos.
Inicio esto con la esperanza de que se convierta en una terapia que haga más llevadera la distancia y la espera hasta el próximo período vacacional.
Alguno cuando me lea se sorprenderá. Espero superar mi pudor y sentido del ridículo, y que, con el tiempo, alguien se pueda interesar por lo que uno dice.